A mis 35 años me enamoré de una mujer 15 años mayor y con 2 hijos

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Relación con una mujer mayor

Si hace unos años me hubieran dicho que me iba a enamorar de una mujer mayor, ni lo hubiera creído. ¡Imposible!

Y es porque siempre estuve con chicas menores o de mi edad. Nunca mayores. Y menos 15 años.

Cuando llegué a la última empresa en la que trabajé -ya no estoy ahí, ahora estoy apostado por mis propios proyectos- me fijé inevitablemente en una mujer que me pareció tremendamente atractiva. No era de mi departamento pero sí era la directora de uno relacionado, así que en algunas reuniones coincidíamos.

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Tenía 50 años aunque parecía de 40. Todos los días llegaba a la oficina en bicicleta, aunque siempre iba con unos trajes muy sexys, para mi, claro. Me tenía embelesada. No solo por su físico, también por su personalidad.

En esa empresa todo el mundo era abierto con el tema de la sexualidad, así que todos sabían que ella y yo éramos las lesbianas, lo que daba pie a bromas, aunque nunca de mal gusto.

Ella había tenido un marido, con quien tuvo dos hijos, que en ese momento tenían 15 y 12 años. Y después dos relaciones largas con mujeres. En el momento en que nos conocimos ambas estábamos solteras.

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A mi se me notaba mucho que me atraía, no sé fingir esas cosas. Y supongo que a ella le hacía gracia, aunque siempre fue muy profesional y no me hizo notar nunca nada.

En una cena navideña yo, envalentonada por las copas de vino, me acerqué y le dije queme hacía sentir muchas cosas, ella se río, estuvo muy agradable pero no me dio mucha bola, aunque más adelante supe que en ese momento ella comenzó a sentir cosas por mi.

Lo que le sucedía es que no aunque yo le atraía, no quería tener nada conmigo, le daba miedo mi edad, miedo entrar en una relación y que yo acabara con el tiempo dejándola por una mujer más joven.

Fueron pasando los meses y la tensión entre nosotras se iba percibiendo. Al final sucedió lo inevitable y nos liamos. Y ya no nos separamos más.

Tener una relación estable con alguien mayor que tú es en muchos aspectos una gozada. Es una mujer con sus ideas muy claras, muy madura, con una gran gestión de sus emociones y sus tiempos. Lo agradezco, porque ya estaba aburrida de otro tipo de relaciones.

Pero también cuesta adaptarse. No era solo ella, eran sus hijos entrando en una edad tan difícil como la adolescencia. Pero eso no me echó para atrás. Al contrario, lo que pensé que sería un engorro terminó siendo muy reconfortante.

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