En 2016 una pareja de lesbianas, Mónica Arias y Caroline Mac Innes, se unieron civilmente en Chile. El país latinoamericano aún no aprueba el matrimonio igualitario, aunque parece que está cerca.
De momento solo existe el Acuerdo de Unión Civil, que no contempla derechos que el matrimonio sí, como es el caso de la filiación de los hijos.
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Mónica y Caroline se convirtieron en mamás de una niña que nació en abril de 2019 a través de una inseminación artificial, cuando quisieron inscribirla en el Registro Civil como hija de las dos se encontraron con lo que la mayoría de madres lesbianas latinoamericanas encuentran. Un «no» en toda la cara.
Pero Mónica y Carolina no se dieron por vencidas y representadas por el Movimiento de Integración y Libertad Homosexual de Chile, Movilh, presentaron una demanda e hicieron historia. La jueza del Segundo Juzgado de Familia de Santiago, Claudia Reyes Dueñas, ordenó al Registro Civil inscribir a una niña de dos años como hija de dos madres.
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La jueza aseguró que “el interés superior del niño es el principio rector que el juez de familia deber tener siempre como consideración principal en la resolución del asunto sometido a su conocimiento y se lo ha definido como el pleno respeto de los derechos del niño, como sujeto de derecho, como persona digna de respeto y consideración”.
«Esperamos que estos fallos sirvan para educar y sensibilizar al Congreso Nacional en la necesidad de aprobar el matrimonio igualitario, garantizando los mismos derechos de adopción y filiación con que cuentan las parejas heterosexuales. Es inconcebible que las parejas del mismo sexo deban iniciar juicios para que se reconozcan los derechos de sus hijos e hijas, mientras las uniones heterosexuales tienen automáticamente resuelto el tema solo en razón de su orientación sexual. Es una discriminación brutal que debe cesar”, declaró Oscar Rementeria, vocero de Movilh.
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Una esperanzadora noticia para las familias homoparentales de Chile y para la justicia social de todas las familias.
