¿Por qué el día de la visibilidad lésbica es un día para celebrar en familia?

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Me reí mucho el otro día que escuché decir a mi hijo Marcos a uno de sus amigos del cole: “mi tía Raquel es soltera, eso significa que es una chica a la que le gustan las chicas. Todas las amigas de mi mamá son solteras”. 

Marcos tiene 7 años. Nació gracias a que hace 8 tuve el valor de llegar a la consulta de la clínica IVI y decir que quería ser madre sin pareja. Un equipo maravilloso me escuchó y me ayudó a cumplir mi sueño. Me realicé una FIV de la que obtuve 3 embriones de alta calidad. El primer embrión que me transfirieron es mi precioso chico de ojos azules y rizos castaños. 

Marcos tiene muchas tías lesbianas, que entraron a mi vida como amigas y ya a lo largo de los años se convirtieron en familia. Algunas de ellas han tenido hijos, otras son magníficas tías para los niños que han nacido en nuestro grupo. 

Cuando escuché a Marcos confundir los términos le expliqué: “cariño, soltera es no tener novio o novia, lesbiana es ser una chica a la que le gustan las chicas”. Y en esta explicación me di cuenta de lo poco que había profundizado en los conceptos y en las dificultades a las que nos hemos enfrentado las mujeres lesbianas. 

“Ser lesbiana no ha sido fácil, porque a veces no es fácil ser diferente”. Y eso fue el punto de partida para compartir con mi hijo la historia de mi vida. El cómo ser lesbiana fue un motivo para que algunos chicos se metieran conmigo en el instituto, las discusiones con mi madre, el rechazo de personas a las que yo quería, el miedo a caminar con mi primera novia de la mano por la calle, etcétera. 

Marcos me escuchó atentamente. Estaba sorprendido. Me emocioné cuando acabó diciendo “eres como una superhéroe, mami”. 

Desde ahí se interesó por la historia de mi pareja y por las de sus tías. Y pude observar con orgullo cómo estas vivencias influían en su forma de ver la vida, su mirada respetuosa y tolerante.

Hablar con mi hijo sobre cómo la lucha por mi propia visibilidad influyó en mi vida me hizo mirar atrás y repasar el camino que he seguido hasta llegar donde estoy. Cuando Marcos tenía 3 años conocí a la que es mi actual esposa. Juntas somos madres de Alicia, nuestra preciosa e incansable bebé. 

Después de casarnos fuimos a IVI y fue mi esposa la que se embarazó con uno de los embriones que me quedaban. Un método ROPA que jamás pensé que llegaría a vivir, pero la vida da muchas vueltas, y algunas son realmente hermosas e inesperadas. 

Creo que mi visibilidad y la de otras mujeres lesbianas que Marcos conoce ha sido una inspiración para él. Por eso en nuestro hogar celebramos el día de la visibilidad lésbica. Merendamos todos juntos algo especial y recordamos cómo la valentía, el amor y la libertad pueden llevarnos a vivir las espectaculares vidas que estamos destinadas a protagonizar.  

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