Todas las mujeres, lesbianas, bisexuales, heterosexuales, todas, cuando nos hemos sometido a un tratamiento de fertilidad, sentimos esas ganas, esa incertidumbre, ese miedo, esa ilusión y esperanza.
También compartimos el sentir ese dolor agudo cuando la suma de tratamientos solo nos va dando un resultado: negativo.
No podemos ni imaginar el sufrimiento que han podido experimentar la cantante chilena argentina María Jimena Pereyra y su esposa Tania García después de tantos intentos fallidos.
Pero por fin lo han conseguido. Mateo Valentín crece en la tripa de Tania. Así lo ha contado en el programa «Podemos hablar», de Chilevisión.
“La vida cambia tan rápido, uno a veces pone todas las ilusiones, pero quizás no era el momento… pensamos que no más, hasta que Tania me dijo “ya, mi amor, un último intento, hagamos el último intento, no podemos bajar los brazos”, y fue así y aquí estamos”, dijo la cantante.
Los 14 días posteriores al tratamiento no sabían qué hacer, así que decidieron viajar a Buenos Aires a visitar a la familia de María Jimena.
A dos días de poder hacer el test de embarazo, Pereyra tuvo un hermoso sueño premonitorio.
“Yo soñé, soñé que Tania estaba embarazada y fue por primera vez, después de tantos años de intentos, que le dije mi amor, estás embarazada, lo acabo de soñar’”, confesó en el programa. “A los dos días hicimos el test de embarazo y ¡un positivo! Esperamos a que llegaran todos mis hermanos, nos reunimos y ahí dimos la noticia”.
No obstante, luego de tantos intentos fallidos, el primer mes y medio fue complejo, por no decir una tortura.
“Los miedos, los miedos después de siete años de intentos negativos, el temor a perderlo. Empecé yo con las náuseas, una cosa rarísima… hemos engordado paralelamente. Después del tercer mes se relajó, hoy lo está disfrutando como tiene que ser”, aseguró.
María Jimena comentó que el número 13 para ellas fue muy especial, no solo por ser el número de tratamiento que le permitió embarazarse de su hijo, sino que además, desde ese momento, parecía una especie de premonición. El asiento del avión, la puerta de embarque…
Nos alegra muchísimo que esta familia haya conseguido su ansiado sueño y siga siendo un gran referente latinoamericano de diversidad familiar.