La lucha ha sido ardua, pero de luchar sabemos mucho las lesbianas, y las madres lesbianas, ni os cuento.
Que luchamos por la visibilidad de nuestras familias y por la diversidad en la sociedad.
De luchas largas saben mucho Palmira Martínez y Gabriela Flores, que llevan años intentando formar una familia a través de la adopción en Jalisco.
Y la lucha ha merecido la pena, se han convertido en la primera pareja del mismo sexo que lo consigue.
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Pero no fue fácil y tuvieron que pasar por muchas trabas lesbófobas y administrativas. “Acudimos con una mentalidad fría, de que sabíamos a lo que nos enfrentábamos, que podrían cruzarse obstáculos en el camino». Podrían haber intentado ser madres por reproducción asistida, pero Palmira trabajó años con menores abandonados. Niños víctima de “maltrato, abandono, por enfermedad y de verdad cuando te llegas a involucrar en un nivel así te sensibilizas mucho, cambia el pensamiento y la visión de un tema de adopción”.
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Se han convertido en madres de un niño de 5 años que fue abandonado cuando era un bebé. Y teniendo en cuenta esto es lamentable que la burocracia haya tardado tanto tiempo en darle una familia.
Palmira Martínez y Gabriela Flores cumplieron su sueño gracias a una sentencia a su favor por parte del Juzgado Séptimo de los Familiar, que tomó en cuenta lo feliz que se sentía Romeo en casa con sus madres para determinar que eran idóneas para adoptar.
Hace 10 días Romeo recibió su acta de nacimiento con los apellidos de sus madres. Su familia es pionera, abre la puerta a varias familias de dos madres y dos padres que esperan recibir en sus casas a niños sin familia.
