Mi novia y yo tuvimos una hija con nuestros mejores amigos gays

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Para muchos era una locura. Nos dijeron que estábamos locas, que todo sería complicado, y es verdad que en un comienzo lo pensamos, pero hasta ahora, que ya han pasado tres años, todo ha ido bastante bien.

La historia comenzó cuando Amanda y yo, que ya llevábamos cinco años juntas, queríamos tener un hijo pero queríamos que nuestro hijo tuviera un papá. No es que pensáramos que dos mamás no son suficientes, no, simplemente queríamos que tuviera esa figura en su vida, que el gameto que le dio la vida no fuera un desconocido, que para nuestro hijo fuera sencillo reconstruir su árbol genealógico.

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Directamente pensamos ambas en Jaime, amigo mío desde el cole, gay. Se lo planteamos y se volvió loco de alegría. Siempre había querido ser papá pero no sabía cómo. En ese momento Jaime tenía pareja, Antonio, con quien llevaba un par de años. Nos caía muy bien pero el plan inicial era solo contar con Jaime.

Jaime es muy guapete y muy inteligente, así que nos gustaba como donante y padre de nuestro pequeño. Nos hicimos una inseminación artificial casera. En el día fértil de Amanda y con una jeringa introducimos el semen de Jaime.

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Nos quedamos embarazados de Amaya al quinto intento. El plan era el siguiente. Legalmente Amaya estaría inscrita como hija de Amanda y mía, viviría con nosotras, que seríamos quiénes decidiríamos sobre todo lo relacionado con ella. Y Jaime podría visitarla siempre, y cuando la nena fuera más mayor ya pasar un fin de semana en su casa.

Ese era el plan, pero los planes nunca salen como están planeados. Hoy Amaya tiene 3 años, siente y dice que tiene 2 mamás y 2 papás, Antonio se involucró tanto y hasta casi más que Jaime, para ella son papá y papi. Los adora.

Amaya pasa dos fines de semana al mes con sus papás y duerme una noche a la semana con ellos, esos días ellos salen antes de la oficina y se dedican por completo a su hija, a cocinar, pintar, hacer rutas en bicicleta. Tienen una habitación preciosa para ella en casa, aunque Amaya con ellos hace como con nosotras, dormir en nuestra cama, en medio de las dos.

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El tener ese tiempo para nosotras nos ha venido muy bien como pareja, para no perder nuestra conexión de pareja y porque a veces viene muy bien hacer cosas sin los hijos.

Al final las decisiones sobre ella las tomamos un poco entre todos, y no sabéis lo fácil que es conciliar cuando hay cuatro padres.

Hemos tenido suerte, nos queremos y nos respetamos entre todos, esa es la clave, conocemos un caso donde la pareja de chicas y el amigo gay acabaron fatal. Y es que claro, no es fácil, pero si hay respeto mutuo todo es posible.

Amaya es una niña absolutamente feliz y amada.

Puedes enviar tu historia a info@madreslesbianas.com

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