El escritor e influencer Roy Galán es una figura muy conocida por el activismo feminista y LGTB que ejerce sobre todo en sus redes sociales. Roy Galán es hijo de madres lesbianas, y en una de sus publicaciones en Facebook compartió un precioso relato sobre su vida, sobre sus madres y el amor y deseo que se profesaban. Lo compartimos aqui:
VER: Una pareja de lesbianas lleva 65 años junta, y en este documental nos cuenta su historia de amor
«Me criaron dos mujeres que se amaban y se deseaban. Me gusta incidir en el aspecto del deseo porque parece que si romantizamos las cosas se «aceptan» mejor, que si hablamos de quererse y obviamos el placer le quitamos «lo sucio» entonces todo el mundo lo entiende.
Pero si hacemos eso le restamos la subversión implícita de los cuerpos. Porque entonces el relato que se impone es el de las dos amigas, las dos compañeras de piso, las dos ancianas que se hacen compañía.
VER: «El día que mi madre nos contó que era lesbiana nos dio una lección de vida»
Yo no soy hijo de dos alumnas de quinto curso o de dos viudas que recogen a un huérfano y se dedican a cuidar de él juntas porque no tienen nada mejor que hacer.
Soy hijo de dos mujeres que follaban.
Y si alguna persona ve un problema con el hecho de que dos mujeres disfruten la una de la otra lo que tiene esa persona es un importante conflicto con la vida.
VER: Yo, una mujer heterosexual, me enamoré de una madre lesbiana soltera
Mis dos madres no se escondieron nunca de nadie: fueron completamente visibles. Y se lo pusieron bastante difícil a veces. Dudas, pensar que había algo malo en ellas, algo enfermo que podía ser curado, insultos, misoginia, ser increpadas o cuestionadas: A saber cómo va a salir ese hijo.
Como a tantas y tantas mujeres doblemente discriminadas por ser mujeres y por no ser heterosexuales como si fuera obligatorio serlo.
VER: Esta pareja de lesbianas adopta a 3 hermanos para que no los separen
Ahora, siendo adulto, sé que soy hijo de dos mujeres valientes que defendieron lo que sentían por encima de lo que absurdamente se esperaba de ellas: que fueran otras personas.
Y cuando me preguntan qué significó para mí todo esto. Siempre respondo que mis madres me enseñaron a adentrarme en la realidad con magia.
VER: La visibilidad lésbica de las madres determina el tipo de personas que serán los hijos
Me dieron ese amuleto que supone haber visto, vivido, escuchado y sentido qué significa la diversidad.
Y cada vez que alguien decía qué eran las lesbianas y enseñaba una imagen pornográfica, o hablaban de ellas como si fueran extraterrestres o intentaban simplemente definirlas.
VER: 50 años juntas, la historia de amor de dos lesbianas más emocionante
Yo sabía que no era verdad, sabía lo ignorantes que eran. Sabía que la «normalidad» era una trola inmensa. Mis madres quitaron malas hierbas de un precioso camino con sus besos.
Me abrieron el mundo con las manos desde el sillón de nuestra casa. Esa en la que crecí, en la que aprendí a no juzgar y en la que observé lo que suponía hacer música de la libertad.
VER: Hijos de gays y lesbianas pierden sus derechos cuando cruzan la frontera
Tan alta y tan alegre. Que era imposible escuchar. El ruido de los demás.