Historias bonitas de maternidad lésbica, esa es una de nuestras especialidades. Y hoy os compartimos la de Kat Buchanan y Taryn Cumming, de 33 y 31 años.
Kat y Taryn viven en Nueva Zelanda. Se conocieron hace más de dos años, fue amor a primera vista. Comenzaron una relación y encontraron un deseo común: formar una familia convirtiéndose en mamás.
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Fueron al ginecólogo para informarse sobre todos los tratamientos disponibles para embarazarse, y para saber cuál de las dos tenía más posibilidades de llevar a cabo un embarazo exitoso. El ginecólogo les dio la respuesta: ambas tenían algún problema que menguaba su capacidad reproductiva, o baja capacidad ovárica.
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Salieron de la consulta algo tristes. Ninguna de la dos tenía muchas posibilidades y en Nueva Zelanda los costos de los tratamientos de reproducción asistida son bastante caros. Lo más barato es la inseminación artificial, pero teniendo ellas pocas posibilidades decidieron buscar otras posibilidades.
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Así encontraron en un grupo de Facebook a hombres que se ofrecían como donantes de esperma. Conocieron a algunos y después de revisar historiales médicos y realizar exámenes, escogieron a uno.
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Kat Buchanan y Taryn Cumming realizaron una inseminación casera. En el día fértil de Taryn introdujeron mediante una cánula el semen del donante. Pero no resultó. Al mes siguiente decidieron probar ambas. A ver si alguna tenía suerte y se embarazaba. Se hicieron la inseminación con dos días de diferencia.
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El 28 de marzo fue el día en que se realizaron los test de embarazo. Las que ya habéis pasado por esto sabéis los nervios que se experimentan. Tenían miedo y a al vez esperanza de que alguna de las dos diera positivo. ¡No os imagináis la doble alegría que sintieron al ver los dos test positivos!
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1 week later to the day we found out Taryn was pregnant. #samelove #lesbianpregnancy #2moms
«El médico nos había dicho que había más posibilidades de ganar la lotería que de quedar ambas embarazadas. Como nuestro plan siempre había sido tener dos hijos, estamos encantadas».
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Sin duda es una preciosa historia, sobre todo tomando en cuenta que las tasas de embarazo de las inseminaciones caseras son bajas, entre un 15 y 20 por ciento de posibilidades de conseguirlo.
Estar embarazadas a la vez tiene ciertos aspectos negativos, que tu pareja no puede cuidarte y atenderte tanto puesto que está en la misma situación que tú, pero sin duda tiene más puntos a favor, los niños se llevarán solo unos días de diferencia, es como tener mellizos pero repartiendo el trabajo de la gestación, y la lactancia puede ser compartida y natural.
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Enhorabuena pareja.