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Día de la Visibilidad Lésbica. ¿Por qué ha sido vital para nosotras? Audio y vídeo

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¡Es el Día de la Visibilidad Lésbica! Y para conmemorar este día tan especial, nuestro podcast no es será solo formato audio, sino que también podrás vernos en vídeo. Hemos elegido esta fecha para «poner nuestra cara» y sumar acciones a la visibilidad. 

 

Reflexionamos sobre algo que nos atraviesa a todas, la visibilidad, cómo ha cambiado nuestra vida y cómo podemos influir en las demás. 

Podcast hechos por lesbianas para lesbianas
Podcast hechos por lesbianas para lesbianas
Día de la Visibilidad Lésbica. ¿Por qué ha sido vital para nosotras? Audio y vídeo
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Un juez dictamina que la madre no gestante no es «madre» aunque esté en el certificado de nacimiento

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Kris Williams y Rebekah Wilson

Es increíble pero parece que nuestras familias nunca pueden descansar porque siempre hay alguien que quiere robar nuestros derechos.

Lo que te voy a contar ha sucedido en Oklahoma, Estados Unidos. Una pareja, Kris Williams y Rebekah Wilson, se casaron en 2019 y ese mismo año tuvieron un niño, que gestó Rebeka.

Kris ya tenía un hijo, adoptado, y como el niño no sabía nada de su familia biológica, la pareja lésbica decidió optar por un donante de esperma conocido, para que así, de mayor, su hijo pudiera acceder a información sobre esa rama genética.

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En una página web conocieron a un hombre gay que se convirtió en el donante de semen. La idea era tener cierto contacto con él. Aunque el pequeño tenía dos mamás y un hermano, el donante podía formar parte de su vida de manera ocasional.

El amor entre Rebeka y Kris se terminó rápido, y ya a fines del año pasado se separaron y en 2022 comenzaron los enfrentamientos por la custodia del hijo en común, que tiene casi 3 años, Warren.

Rebeka pidió al juez que le retirara la maternidad a Kris, quitándola del certificado de nacimiento de Warren, puesto que ambas estaban casadas cuando nació el niño.

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Rebeka también había pedido una orden de alejamiento de su ex mujer, y en este punto no vamos a entrar porque no conocemos esa parte de la historia, vamos a hablar de que Warren tiene dos mamás legales y que esto no sucede en las parejas heterosexuales, incluso en casos donde el padre esté condenado por malos tratos. 

Paralelamente, el donante solicitó la paternidad. Para ser él y Rebeka quienes figuraran en el certificado.

El juez le dio la razón a Rebeka, para quitar a Kris del certificado de nacimiento de Warren y, por ende, perder la patria potestad, alegando que Kris no adoptó en ningún momento al chico.

El abogado también afirmó: “Si bien existe la presunción de que un padre es padre si está casado con la madre” según la ley de Oklahoma, “la ley no se ha actualizado para tener en cuenta el matrimonio entre personas del mismo sexo, y no existe la presunción de que la esposa de la madre es la madre del niño”.

Aberración y totalmente injusto. Si eres una pareja de lesbianas estar casadas y figurar en el certificado de nacimiento de tu hijo no te sirve de nada porque no es un documento legal, dicen. Que para hacerlo legal debes adoptar a tu propio hijo.

Una prueba más de las injusticias a las que se enfrentar nuestras familias, en comparación a la de padres heterosexuales, y una triste historia más, de tantas que hemos escuchado, de una madre gestante intentando arrebatar la maternidad a la madre no gestante, perjudicando el bienestar emocional de sus hijos y pisoteando sus derechos.

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Kris lleva cinco meses sin ver a Warren. Los mismos que los hermanos llevan sin verse. ¿Quién compensa a esta mujer y a este niño por el tiempo que han perdido?

Las madres lesbianas de «Erase una vez…pero ya no», la serie de Netflix del momento

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Es una de las series del momento de Netflix. Creada por Manolo Caro, el también creador de La casa de las flores o Alguien tiene que morir, podría decirse que Érase una vez…pero ya no es una de sus series más redondas.

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-Atención: No hay spoilers. Te contamos solo los 10 primeros minutos de la serie.

Todo comienza en el medievo. Con el amor salvaje entre Soledad, la princesa, y un pescador. Soledad tiene dos madres, las dos reinas (es un medievo muy tolerante, por suerte), que son pareja pero que entienden muy diferente la educación de su hija. Una de ellas no va a tolerar que se case con un simple pescador y ahí comienza la trama. Por cierto, hay un dragón (desde Juego de Tronos que echaba mucho de menos un dragón). 

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Las madres lesbianas de la princesa son personajes secundarios, pero tremendamente geniales. Interpretadas por dos pedazo de actrices, Mariola Fuentes y Mariana Treviño, dos asiduas de Manolo Caro.

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Erase una vez…pero ya no recuerda mucho al Almodóvar que a mi me gusta, el de hace dos décadas. La estética es tremendamente vitalista y colorida y tiene unos puntos muy divertidos, sin embargo, el guión no se pierde entre tanta purpurina, como desgraciadamente le pasó a La casa de las flores (aunque nunca olvidaremos el maravilloso amor lésbico entre Paulina y María José). La historia engancha hasta el final, y mira que hace cuarenta giros a la trama en los dos últimos capítulos. Además son 3 horas en total toda la serie (6 capítulos de 30 minutos aproximados cada uno).

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Nuestra historia de amor y la pérdida que nos separó

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Soy una gran lectora de vuestros artículos y de las bonitas historias de amor que publicáis. Pero hoy me gustaría poder visibilizar, porque esto va de visibilizar, las pérdidas que sufrimos algunas mujeres lesbianas y heterosexuales, algo de no suele hablarse y que no tiene nombre, y eso es perder un hijo.

Antes de nuestra pérdida, la historia de amor de mi ex esposa y mía era digna de publicarse aquí.

Tati y yo nos conocimos en nuestras prácticas universitarias. Las dos somos enfermeras. Nos unió nuestro amor a la medicina, al teatro, a disfrutar la vida. Hasta ese momento ella y yo habíamos tenido varias relaciones con mujeres inestables, yo había vivido infidelidades de parte de parejas y estaba muy desencantada.

Pero con Tati todo fue perfecto, como si estuviéramos predestinadas. Nadie exigía, nadie pedía, todo fluía con tanta normalidad y nos tratábamos con tanto amor y respeto.

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Nuestras familias y amigos se conocieron y todo se daba fácil. No creo que vuelva a tener una relación tan perfecta.

Nos casamos y seis años después decidimos buscar un hijo. Me tenía que embarazar yo porque para Tati era inviable por causas médicas. Tan perfecta fue nuestra relación como el embarazo. Al primer intento me quedé. Y lo supe incluso antes de hacerme la prueba. Simplemente lo sabía.

Ferrán. Así se llamaba nuestro niño. 

Creció en mi barriga sin complicaciones. Fuerte y profundamente amado por sus mamás y por sus abuelos y tíos. Todos lo esperábamos con ilusión. Tati, que siempre ha sido una artista, se encargó de preparar el cuarto de Ferrán. El cuarto más precioso para niños que he visto jamás. Todo lleno de detalles acogedores y coloridos.

En la semana 37 el corazón de Ferrán se detuvo sin explicación. Y el mío también, sin que dejara de latir. 

Tener que parir a mi hijo muerto y abrazar su cuerpo sin vida es lo más horrible y hermoso que he hecho. Es como tocar el cielo y el infierno a la vez. Contemplar su cara tan bella y saber que nunca más podría verlo es lo más desgarrador. 

¿Por qué? ¿Por qué nos pasó esto? Aún me lo pregunto y no lo entiendo. La semana pasada Ferrán hubiera cumplido dos años. Yo aún no lo puedo superar y dudo de que alguna vez pueda. 

Desde que murió mi bebé me sumí en una tristeza tan honda. Para mi ver a un niño, un niño de la edad que tendría mi hijo en cada momento, es como recibir un puñetazo. Me cuesta recobrarme.

No se habla de la pérdida de los niños en el útero materno y creo que es importante poder hacerlo, porque somos muchas las mujeres que sufrimos este duelo en silencio, como si tuviera menos valor que si nuestro hijo hubiera muerto después de nacer. 

La relación con Tati se deterioró rápidamente. Yo no soportaba ni que me hablaran ni me tocaran, todo me sentaba mal. Su presencia me recordaba más la ausencia de mi hijo, nuestro piso, esa habitación de bebé que nunca sería disfrutada.

Aún escribo esto y lloro. ¿Por qué no intento tener más hijos? De momento no me siento capaz. Tengo mucho miedo a la pérdida y aún a Ferrán muy presente.

Mi historia de amor tan hermosa se fue con nuestro hijo. Para Tati también fue muy doloroso. Actualmente no tenemos contacto pero seguramente el tiempo irá sanando las heridas.

A todas las madres de hijos fallecidos, mi abrazo solidario.

Envía tu historia a info@madreslesbianas.com

Éxito garantizado 100% en el tratamiento de embarazo ROPA o FIV, o recupera lo invertido

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Éxito garantizado en embarazo en método ropa

En un mundo en el que poco hay asegurado, mucho menos lograr el embarazo, Instituto Bernabeu te ofrece su compromiso total de que lo vais a conseguir*.

Nos hemos querido siempre. Y ahora estamos dispuestas a ir más allá para amar a un trocito de las dos. ¿Quedarnos embarazadas a la primera? Tenemos amigas a las que les ha costado, han hecho varias transferencias y las hemos visto sufrir. Nos da miedo que pase el tiempo y no lo logremos y además, que se nos escape del presupuesto.

Confiamos en la clínica Lesfriendly Instituto Bernabeu que tiene 8 sedes ubicadas en Alicante, Madrid, Mallorca, Cartagena, Albacete, Elche, Benidorm, y una internacional en Venecia. Nos tranquiliza que tienen mucha experiencia en diversidad familiar, que reciben pacientes de 137 países y que son sinónimo de calidad. Su sello es poner al paciente por encima de todo y sus tratamientos son exclusivos y personalizados.

Por eso hemos optado por el programa de Garantía de Embarazo y Nacimiento Única Bernabeu, con precios cerrados, todas las pruebas incluidas y 18 meses para lograrlo. Nos da tranquilidad saber que si finalmente no nos quedamos embarazadas nos van a devolver nuestro dinero. Sabemos que ellos se implicarán absolutamente para que consigamos nuestra familia.

Tratamientos de éxito garantizado diseñados a nuestra medida

Instituto Bernabeu ha diseñado dos programas de garantía de éxito de embarazo exclusivos para lesbianas. Con la tranquilidad de que todas las pruebas, análisis, controles ecográficos y procesos médicos que podamos necesitar para tener a nuestro bebé están incluidos. Todo ello está incluido en el precio, para que no haya sorpresas, incluso si se malograra con un aborto, su compromiso de garantía sigue vigente.

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Y el respaldo de un banco de semen exclusivo con más de 1.100 muestras con características de los donantes muy diversas para contar con el que más se adecúa a nosotras. Además, practican un estricto control médico, genético y psicológico de los aspirantes. Son tan rigurosos que solo el 9% de los candidatos son finalmente donantes. Además, a todos se les ha hecho el test de portadores genéticos (TCG) que analiza la presencia de entre 600 y 3.000 enfermedades hereditarias.

Cuentan con 8 programas de éxito garantizado. Para nosotras han diseñado en exclusiva dos opciones que estamos valorando. La garantía Única Bernabeu FIV ROPA y el programa Única Bernabeu FIV ROPA+Embrioadopción. La embrioadopción consiste en la adopción de un embrión. Y el método FIV ROPA (Recepción de Óvulos de la Pareja) en el que una de nosotras será la mamá genética que aporta su óvulo, y la otra será la madre que se quedará embarazada.

Sea cual sea la opción que elijamos sabemos que contamos con un gran equipo humano junto a nosotras. En Instituto Bernabeu se caracterizan no solo por su cualificación, sino especialmente por ofrecer un trato exquisito adaptado a las necesidades de la diversidad familiar.

*Artículo Patrocinado

Mi mejor amiga de la infancia, la mujer de la que me enamoré 16 años después

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Cuando tenía 6 años llegó una nueva compañera a primero de primaria. Dicen que la memoria es algo selectiva y que con los años vamos modificando nuestros recuerdos. Pero juro que recuerdo la escena con exactitud.

Aída tenía dos trenzas muy rubias, una a cada lado. Gafas de marco rojo y unos ojazos verdes azulados que le daban un aire nórdico más que español. Y así era más o menos porque su padre era alemán.

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Sentí una atracción muy grande hacia la niña nueva y nos hicimos amigas inseparables, hasta los 12 años, edad que tenía cuando se fueron a vivir a Alemania.

Recuerdo ese dolor como uno de los más grandes y desgarradores, ya sabéis que a esa edad todo se magnifica, y mi mejor amiga se estaba yendo para siempre.

Durante mucho tiempo nos escribimos cartas por correo. Sí, así de romántico aunque no tenían nada romántico, nos contábamos nuestras aventuras nuestros amores, etcétera.

Después llegaron las redes sociales y se acabaron las cartas, pero de vez en cuando intercambiábamos algún mensaje.

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Por fotos me enteré que Aida tenía novia. Yo tenía novio. ¿Por qué si soy tan lesbiana? Supongo que era el desconocimiento, el no saber, el no entender cosas de mí misma. Todo mi ambiente era tan heterosexual que en el fondo era seguir la corriente.

Hasta que un día simplemente no pude mantener esa farsa, y la primera persona a quién le dije que no era heterosexual fue a Aída. Aunque habíamos perdido algo de contacto era la única lesbiana a la que conocía.

Aída me dijo que ya lo intuía. ¡Pero cómo! Yo me consideraba una chica muy femenina que puede parecer una hetero más, pero al parecer existía algo llamado radar (que yo sigo sin tener).

Desde ese momento estuvimos en contacto permanente, ella me animaba a salir, a conocer chicas por internet, y eso es lo que hice. Tuve algunos romances muy excitantes para mi, una novata bollera, pero no me enamoré.

Un día Aída me dijo que fuera a verla a Berlín, y tardé diez minutos en comprar un pasaje. En el viaje no pasó nada, pero la tensión sexual entre nosotras podía cortarse con un cuchillo. Pero a las dos nos daba vergüenza tomar la iniciativa.

Cuando yo volví a Madrid y ya había bastante tierra de por medio, hablamos de nuestros sentimientos por internet. Así que esta vez la invité yo a venir. Y ahí, 16 años después de habernos separado en la infancia, nuestros caminos volvieron a juntarse.

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Aida es la persona con la que yo quiero pasar mi vida. Ahora vivimos en Alemania. En abril de 2021 nos casamos en España. Somos mamás de un un gato, un perro y un increíble niño de dos años que ha llegado a nuestra vida por acogimiento.

Y ya nos han llamado de la protectora por otro gato abandonado. Creo que nuestra familia no parará de crecer.

Envíanos tu historia a info@madreslesbianas.com

Una pareja de lesbianas demanda a la clínica de fertilidad porque tuvieron un niño y no una niña

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Heather y Robbie Wilhelm Routenberg-demandan a clínica de fertilidad

Tengo que confesar que cuando leí el titular de esta noticia me dio risa. Me hubiera gustado mucho tener una niña, eso lo sabe todo quien me conoce. Pero soy madre de dos chicos. No uno, ¡dos!

También es cierto que aunque no es lo que esperaba, es lo más asombroso y espectacular que ha sucedido en mi vida, ser madre de estos dos preciosos pequeños.

Mi deseo y mi realidad hicieron que me cuestionara mi forma de ver los roles de género y que me liberara de los prejuicios con los que crecemos y nos desarrollamos.

Supongo que la maternidad cambia mucho nuestra visión de las cosas. Pero sí, aunque quería una niña, no cambiaría a mis hijos por nada, y desde el primer momento que los cogí en brazos lo tuve claro.

En mi caso el sexo del bebé era simplemente una preferencia. No es el caso de Heather y Robie Wilhelm-Routenberg, una pareja de lesbianas que vive en Nueva York y está demandando a la clínica de fertilidad porque el bebé que tuvieron es un niño y no una niña. Ellas dicen que para ellas era una necesidad.

Heather dice que Robie y ella solo querían tener niñas. Que ella sufrió hace unos años dos agresiones sexuales de parte de dos hombres, y por eso no quería tener nada que ver con el género masculino.

Asegura que en la clínica de fertilidad le aseguraron que podía escoger el sexo de los embriones (algún día podremos debatir sobre lo ético que resulta esto, lo mismo que nos escandalizan los nacimientos selectivos en India, con el aborto de las niñas), algo que en España está prohibido.

Pero en la ecografía de la semana 14, estaba claro que el bebé, producto del método ROPA, era un chico.

«Nuestras mandíbulas cayeron al suelo. Estaba convencido de que tenía que ser el resultado de otra persona. Miré a Robbie y dije: «¿Qué pasa si no es tuyo, quién está en mi cuerpo?» Fue entonces cuando enloquecí, fue cuando sentí que mi cuerpo era tomado como rehén. Supuse que era el embrión de otra persona, no el embrión equivocado nuestro.

Me asustó muchísimo. No sé cómo explicar esto, sentí que había un extraterrestre viviendo dentro de mí. Le dije a Robbie: «Si este es el hijo de otra persona, tendremos que devolvérselo.

No solo el bebé en mi cuerpo no era nuestro, sino que el bebé en mi cuerpo era masculino y lo pusieron allí en contra de mi voluntad, como una violación.

Empecé a tener flashbacks: estaba esperando en la cama, que es lo que estaba haciendo las dos veces que me agredieron».

Pero siete semanas después, cuando hicieron las pruebas, descubrieron que no era un embrión equivocado. Era su bebé. Solo que era un niño y no una niña.

«Estaba tan furiosa. Se sentía como una profunda traición. ¿Cómo diablos te equivocas tanto? Mientras tanto, nuestra familia y amigos estaban todos muy felices. Nadie entendió la complejidad de mis sentimientos. Eso fue lo que más me aisló: que teníamos un bebé sano, pero no tenía conexión emocional y ahora tenía que pensar en tener un hijo para siempre que no estaba planeando. Durante todo el embarazo, no pude conectarme con el bebé. Odio decir eso. Es doloroso. Fue una experiencia terrible».

En la semana 27 Heather comenzó a sangrar porque sufrió un desprendimiento de placenta, «que luego descubrí que le sucede a alguien que ha sufrido un trauma físico o estrés».

Tuvo que hacer reposo, pero solo deseaba que le sacaran al bebé, incluso evitaba hablar de él.

«Nuestro hijo nació en diciembre de 2020 y fue colocado en incubadora. Fuimos a verlo todos los días durante 19 días. En casa, estaba tratando de amamantarlo, pero era muy difícil. Quería una conexión piel con piel, pero terminé usando cosas para que no me tocara el pecho. Cuando lo hizo, envió ondas de choque eléctrico a través de mí.

Empecé a experimentar una ansiedad extrema. Miraría al bebé y se contorsionaría en los rostros de todos estos hombres adultos que conozco. Fue tan espeluznante. Cada vez que eso sucedía, tenía que darle el bebé a Robbie.

Literalmente pensé que me estaba volviendo loca. Hubo varios incidentes de ideación suicida, algunos de los cuales fueron muy peligrosos. Tuve depresión posparto compleja.

El bebé tiene un año y medio ahora, y pienso en el error todo el tiempo. Es un niño encantador. Sonríe como Robbie, tiene los hoyuelos de Robbie y eso lo hace más fácil. Nuestro hijo está hecho de magia. Hace las cosas para ser gracioso: usa ciertos tonos de voz y se ríe para hacernos reír a carcajadas. Es hilarante, y ha sido un bebé fácil.

Creo que nos conectamos en nuestras similitudes: es un niño muy compasivo. Solía ​​llevarlo al jardín cuando estaba en mi barriga y decirle lo que estaba plantando, y ahora ambos amamos los árboles y los dos amamos a los perros. Siento que lo conozco y cómo se siente. Cuando somos solo nosotros, ¡es increíble! pero cuando estamos en el mundo, él es un símbolo de algo, siendo socializado como las mismas personas que me hicieron cosas malas».

Su denuncia contra CNY, la clínica de fertilidad, incluye cargos de incumplimiento de contrato, negligencia médica y agresión.

Claramente Heather tiene un trauma no resuelto por las agresiones sufridas. Esperamos que eso no afecte el desarrollo de su pequeño hijo, que es completamente inocente de estos hechos, y el que su género sea masculino no significa en lo absoluto que tenga que ser un machista agresor.

Zonas erógenas

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¡Nuevo podcast!

Con el humor que caracteriza a nuestro equipo: (de más cerca a más lejos) Martuca Herrero, ejecutiva de cuentas en una agencia de marketing y publicidad, María Jesús Méndez, directora de MíraLES y Oveja Rosa, Raquel Porcel, videógrafa, y Marta Márquez, CEO de una agencia de comunicación, debatimos sobre las zonas erógenas.

¿Cuáles son las zonas erógenas femeninas? ¿Cómo se estimulan? ¿Influye en la calidad de nuestra vida sexual o hay otros factores más determinantes?

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Wanda Sykes, esa madre lesbiana, orgullosa y reivindicativa que brilla en los Oscar

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Wanda Sykes, un gran referente lésbico

Wanda Sykes es, según ‘Entertainment Weekly’, una de las 25 personas más divertidas de Estados Unidos. Y no podemos ni queremos desmentirlo. La actriz y comediante brilla en los escenarios. Mezcla su gracia natural, su humor inteligente, con sus reivindicaciones humanas.

Wanda Sykes fue una de las conductoras de los Oscar 2022, y realmente se lució.

Wanda creció en el seno de una familia muy conservadora, tanto así que cuando salió del armario como lesbiana, tuvo serios problemas, no le hablaron durante varios años.

En 2008 Wanda hizo pública su sexualidad, poco antes de casarse con Alex, con quien al año siguiente tuvo gemelos, Olivia y Lucas, que ya tienen 12 años. Muchas veces la comediante bromea con que sus hijos y su esposa son blancos: «soy una minoría en mi propia casa».

 

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Una publicación compartida de WS (@iamwandasykes)

En sus entrevistas Wanda ha reconocido que lo de ella y su mujer fue amor a primera vista. Que simplemente «lo supo» la primera vez que se encontró con la decoradora de interiores.

En 1999 ganó el Premio Emmy por su trabajo como guionista en ‘The Chris Rock Show’. También tiene ha aparecido en múltiples películas como ‘Monster in Law’, ‘Mi super exnovia’, ‘Evan Almighty’ y ‘Licencia para casarse’.

Wanda es una importante activista por los derechos LGTB, ha recibido varios reconocimientos de parte de asociaciones.

Aprovechó que fue una de las conductoras de los premios Oscar para protestar contra una de las leyes más injustas y homófobas que se han aprobado este último tiempo en Estados Unidos. Concretamente en el Estado de Florida. La ley «No digas gay», que pretende eliminar de las aulas cualquier comentario o referencia a la orientación sexual y la identidad de género.

“Para ustedes en Florida, vamos a tener una noche gay. ¡Gay, gay, gay!», dijo recibiendo una gran ovación.

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