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Fallo histórico: un juez da la custodia de una niña a una madre lesbiana no biológica

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madre no biologico
madre no biologico

En España cuando una pareja de lesbiana se divorcia da igual quien haya gestado a los hijos, puesto que ambas mamás son igualmente madres, el vínculo genético no pesa a la hora de determinar quién puede hacerse cargo de sus hijos.

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Pero lamentablemente el mundo no es como España y en la mayoría de los países las familias de dos mamás y dos papás no gozan de esta protección.

En muchos países se considera que madre es solo quien ha parido, da igual que haya otra madre que haya estado ahí desde el comienzo. Hace unos días te contamos de una madre no gestante que lleva un año sin ver a su hija solo porque su país no la considera madre, y la ruptura con su ex pareja no ha sido en términos amigables.

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El derecho de los niños a ver a sus dos mamás debe privar por sobre cualquier lesbiandrama. Y así lo ha entendido un juez mexicana que por primera vez ha concedido la custodia a una madre no biológica.

Ana y Lesly se hicieron una inseminación artificial de la que hace dos años nació la niña. Acaban de divorciarse y el juez ha considerado que la pequeña tiene un mayor lazo con Lesly, la madre no gestante, que además tiene dos hijos biológicos, hijos a los que la niña reconoce como sus hermanos.

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Ana llevó el caso a una instancia superior pero el juez sigue dando la custodia a Lesly.

«El lazo genético no es determinante a la hora de escoger la guarda y custodia de una menor, como es el caso, se encuentra inmersa en una comaternidad. Lo que realmente importa en estos casos es el interés superior de los menores».

Soy una madre no gestante a la que le quitaron a su hija

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Mamá no gestante
Mamá no gestante

«Me llamo Rosa y soy mamá, aunque no tengo los abrazos de mis hija ni he podido hablar con ella en el último año. Pero soy madre y mi casa aún está llena de cosas de mi hija.

Mi historia empezó cuando hace cinco años me presentaron a Claudia, una mujer bisexual que tenía una preciosa bebita de siete meses, y era amiga de unas amigas.

Claudia y yo nos gustamos, empezamos a salir, pero claro, al tener ella una bebita no fue una relación como las habituales, porque eran muy pocas las veces que podíamos salir las dos solas, la niña solía estar siempre con nosotras.

VER: Por ser lesbiana hace tres años que no puede ver a su hija

No fui yo la que me confundí, yo no andaba buscando ser mamá de nadie, Claudia era mi pareja y la niña era su hija. Fue Claudia la que me empezó a involucrar. Ella se había embarazado de su ex novio pero él no quiso saber nada de la niña nunca. Cuando ella se quedó embarazada él le dijo que no sabía si era de él y terminó la relación.

Cuando ya llevábamos tres meses de relación Claudia me propuso que nos fuéramos a vivir juntas, y después que criáramos a la niña como hija de las dos. En nuestro país no está aprobada la adopción de parejas del mismo sexo así que no se hizo legal, pero a todos los efectos yo era la mamá.

Dormíamos con ella, yo la llevaba a la guardería y la iba a recoger, le preparaba la comida, la bañaba, la presenté en mi familia como mi hija y tal cual la adoraba. También me hacía cargo de sus gastos, ya que yo ganaba en mi trabajo más que Claudia.

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La niña me llamaba mami y a Claudia mamá. Teníamos un vínculo muy fuerte que empezó a deteriorarse cuando el padre quiso tener contacto con ella. La niña tenía 3 añitos en ese momento.

Yo le dije a Claudia que me parecía un impresentable pero que entendía que el derecho de la niña de conocer a su padre primaba por sobre todo. Pero que tenía que dejarle muy claro que la niña tenía dos mamás.

El hombre este empezó a venir a ver a la niña y a buscarla, era muy desagradable conmigo e iba de conquistador con Claudia, seguramente el que ahora tuviera una relación con una mujer ofendía su hombría.

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Así pasamos un año donde yo me sentía muy incómoda. Un día ya me harté, cuando la niña vino a mi y me dijo: «mami, dice papá que tú no eres mi mamá y que tengo que llamarte Rosa. Yo le dije que no».

Enfurecida hablé con Claudia, le dije que esto me parecía una falta de respeto tremenda, que qué se creía él para venir a meterse de esa forma en nuestra familia. Claudia me dijo que era por el bien de la niña, que aunque yo fuera «como» una madre para mi hija mejor dejáramos de decirle eso porque no quería que fuera la niña rara con dos mamás, cuando en su colegio no había ningún otro niño así.

Me dolió mucho, comenzaron las peleas. Cuento corto: Claudia y yo nos separamos, ella se fue a vivir con un familiar. Al comienzo yo tenía a la niña dos días a la semana, y nuestra relación era profundamente maravillosa. Después me fue poniendo más y más restricciones hasta que hace nueve meses que no puedo verla.

VER: Me enamoré de la madre de la amiga de mi hijo

Legalmente no tengo ningún derecho, aunque durante más de cuatro años haya ejercido y la haya amado como su mamá, aunque para ella yo sea su mami, aunque pregunte por mi. Me duele pensar que ella pueda creer que yo la abandoné, que tenga que cargar con esa pérdida, solo porque su madre tiene pareja nueva.

Ahora está viviendo con otra mujer y en esta nueva relación si cabe el padre de la niña, que tiene derecho a visitas aunque la haya abandonado tres años, pero no quepo yo.

Es tan doloroso y tan injusto, y solo espero que en este país se aprueben ya las leyes más inclusivas porque si yo hubiese podido adoptarla, nada de esto habría pasado jamás. Seguimos siendo ciudadanos de segunda».

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Histórico: El primer bebé cubano con dos mamás

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Paulo tiene dos mamás
Paulo tiene dos mamás

Antes de empezar a contaros esta gran y esperanzadora noticia, me disculpo con todas las familias homoparentales de Cuba, porque claramente Paulo no es el primer bebé cubano que tiene dos mamás, sabemos que familias con dos mamás y dos papás hay muchas, pero no están reconocidas ante la ley.

Paulo es muy pequeño aún, recién tiene 13 meses, y no puede comprender que ha marcado un antes y un después en la historia de su país, el pequeño Paulo es el primer niño que ha conseguido ser inscrito en el Registro Civil como hijo de dos mamás. 

VER: Esta pareja de lesbianas adopta a tres hermanitos para que no los separen

Sus luchadoras madres son Dachelys Valdés, psicóloga cubana, y Hope Bastian, antropóloga estadounidense, y su logro ha sido simbólico. Las asociaciones LGTB y muchas entidades civiles llevan años luchando para que se apruebe el matrimonio igualitario.

En 2021 se realizará un referendum para decidir sobre los cambios en el Código de Familia.

VER: Mi hija tiene cuatro mamás. Esta es mi peculiar historia de amor

Ser lesbiana en Cuba no es fácil. No tienes reconocimiento legal y si quieres embarazarte es bastante complicado puesto que el sistema sanitario financia la reproducción asistida, pero no de parejas de mujeres.

Dachelys y Hope eran vecinas en La Habana, pero el destino quiso que se vieron por primera vez en un evento académico, donde se conocieron y enamoraron.

VER: Me cansé de vivir en secreto. ¡Soy lesbiana y que lo sepa todo el mundo!

Las dos tenían claro que querían ser mamás, pero ellas estaban excluidas del sistema. Al ser Hope estadounidense decidieron aprovechar esa ventaja y viajaron a Florida para realizar un tratamiento de reproducción asistida

«Lo bueno de hacerlo allá (en EE.UU.) era que permitía que legalmente desde el principio las dos estuviéramos legalmente reconocidas como madres», afirma Dachelys.

VER: Por fin las madres lesbianas existimos en el mundo de la publicidad

Paulo es el resultado de una FIV que salió bien en el primer intento. Volvieron a Cuba con Paulo en la tripa. Pero un mes antes del nacimiento volaron a Florida otra vez, así en la partida de nacimiento de Estados Unidos aparecerían sus dos mamás

Los hijos de Cubano nacidos en el extranjero tienen el derecho a la ciudadanía cubana, por lo que al solicitarla y al tener en su partida de nacimiento dos mamás, al Registro Civil no le quedó otro camino que reconocer a sus dos mamás legales por primera vez en su historia.

VER: Miedos e inseguridades que sentimos las madres no gestantes.

«La vida de nosotras está aquí, es en Cuba, nuestro compromiso social, nuestros trabajos, todo es aquí y queríamos que tuviera todos los derechos a los que puede aplicar un hijo de cubano nacido fuera o dentro de Cuba, que hiciera uso de su ciudadanía», señala Dachelys.

Un trámite que en hijos de pareja heterosexuales es muy rápida, en ellas ha tardado casi un año. Estaban muy nerviosas porque la baja por maternidad se les estaba acabando y Paulo aún no tenía la nacionalidad, algo necesario para ingresar a una guardería pública.

«Estamos muy felices de que el niño tenga a sus dos mamás reconocidas, todos esos temores que teníamos de cómo íbamos a configurar nuestra familia desaparecen, que además sabemos que nosotras no somos única familia así en Cuba y las personas han tenido que recurrir a ser creativas para poder formar su familia con descendencia», reflexiona Dachelys.

Esperamos que sea el primer paso y abra camino a todas las familias que llevan años luchando y esperando su reconocimiento legal.

Me cansé de vivir en secreto. ¡Soy lesbiana y que lo sepa todo el mundo!

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Soy lesbiana y que lo sepa el mundo
Soy lesbiana y que lo sepa el mundo

«Para todo el mundo yo, Susana, era una chica heterosexual madre soltera. Y cuando digo todo el mundo es: mis amigas (sí, incluso las más íntimas), mis padres, mis dos hermanas, mis sobrinos, los vecinos, los tíos, los primos, los del pueblo, la señora de la panadería, de la frutería y del kiosko. También para mi hija.

Siempre he tenido novio, desde los 14 años. A los 25 me embaracé por accidente con el novio más en serio que tuve, nació mi hija que hoy tiene seis años. Con ese novio estuvimos juntos hasta que la niña cumplió tres. Nos llevábamos bien pero no teníamos sexo nunca, claramente porque yo no quería.

VER: Yo, una mujer heterosexual, me enamoré de una lesbiana con hijos

No sé cómo explicarlo bien. Yo soy mujer y por ende me tienen que gustar los hombres, ¿no? Todo mi mundo era heterosexual, si yo no lograba encajar con ningún chico era simplemente porque no había encontrado al adecuado.

Cuando me separé y me fui a vivir sola a un piso con mi hija empezó mi maravillosa y secreta vida. Rápidamente conocí a mis «discretas» vecinas. Y lo digo con ironía. Tenían una bandera gay colgada en el balcón y andaban de la mano por el barrio. Me encantaba verlas besándose.

VER: Me enamoré de la madre de la amiga de mi hijo

Me hice amiga de ellas y tenía tanta curiosidad que empecé a buscar información de las lesbianas, a leer relatos en internet y a ver películas. Descubrí que me excitaba muchísimo. Me abrí con ellas que eran muy majas y cercanas, conectamos bien porque además teníamos la misma edad.

Aprovechaba que mi hija los fines de semana estaba con su padre para salir con ellas, me invitaban a irme de copas con ellas y sus amigas. Y ahí se abrió un mundo para mi. Empecé a salir compulsivamente con chicas, y digo compulsivamente porque como si antes hubiera estado en la cárcel y de pronto me dan la libertad y me queda una semana de vida. Pues así.

VER: Lesbianas y divorcio: éramos la familia perfecta y todo se derrumbó

En un año yo creo que me lié con más de cincuenta mujeres. Apenas veía a mis amigas y familiares que empezaron a temer que yo tuviera depresión o algo así por estar desaparecida. No sabían que realmente tenía una apasionada vida sexual absolutamente secreta, solo mis vecinas sabían la verdad.

Al segundo año de mis andanzas conocí a una mujer a la que quise conquistar y se me resistió. Yo, cabezota, me empeñé, y entre más me empeñé más se me resistió. Pero a medida que intentaba conquistarla descubrí que era una mujer absolutamente excepcional.

VER: La historia de una pareja de lesbianas que adoptó a 3 hermanos para que no los separaran

Ella no quería nada, no solo conmigo sin que con nadie. Estaba saliendo de un duelo familiar difícil y una ruptura de pareja.

En lugar de conquistarla decidí respetarla, darle su espacio, su tiempo, apoyarla y hacerla reír.

VER: Cosas que pasan cuando eres la madre «masculina»

Pasó el tiempo, y fue bastante, y nos enamoramos. Y de pronto sentí que ya no podía mantener mi vida en secreto porque mi vida era mía, y era maravillosa. Había tardado muchos años en darme cuenta de que era lesbiana, no quería desperdiciar más el tiempo.

Tenía miedo, tenía terror. Solo pronunciar el «soy lesbiana» hacía que me temblaran las piernas. Cada vez que lo dije me puse a llorar. La emoción podía conmigo.

A algunas personas les pareció mal, por ejemplo al padre de mi hija, a un par de amigas y a una tía abuela. Y a mi me dio igual. A las personas más importantes de mi vida les resultó algo desconcertante al principio, no entendían nada, por temas de prejuicios, siempre he sido muy femenina y asociaban el lesbianismo con el pelo corto y los tatuajes.

VER: Mi historia de amor o por qué mi hija tiene cuatro mamás

Están viviendo su proceso pero desde el respeto y el amor. Soy lesbiana, eso no va a cambiar. Y eso me llena de Orgullo. La mejor reacción fue la de mi hija. Cuando le conté que Claudia, mi amiga, era mi novia y que quería vivir con ella, me dijo: qué bien, ahora tengo dos mamás«.

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Así son las madres lesbianas de Workin’ Moms, la divertida comedia de Netflix

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Madres lesbianas En Workin moms
Madres lesbianas En Workin moms

En pleno confinamiento me enganché a una serie canadiense de Netflix que superó mis expectativas: Workin’ Moms.

VER: 3 series lésbicas que ver en Netflix

Mi idea era buscar una serie de esas que te pones un poco de fondo, mientras haces otras cosas y te entretiene. Capítulos cortos y graciosos.

Pero la verdad es que Workin’ Moms me sorprendió gratamente porque no sabía que iba a encontrar madres lesbianas, y acabé muy rápido sus cuatro temporadas.

VER: Elite y Sex Education: series donde encontramos madres lesbianas

La historia es la siguiente, un grupo de madres trabajadoras se enfrenta a la maternidad, casi todas, salvo una, por primera vez. Todas ellas eran trabajadoras con un nivel de vida frenético, exitosas, y de pronto la llegada de los bebés trastoca todo.

Es divertida y bastante real. La serie de la CBC esta producida y dirigida por la pareja protagonista de la serie Catherine Reitman y Philip Sternberg.

VER: Por fin las madres lesbianas comenzamos a existir en la publicidad

frankie y giselle workin moms
frankie y giselle workin moms

En la primera temporada vemos una pareja de lesbianas interracial, Frankie (Juno Rinald) y Giselle (Oluniké Adeliyi), madres de la pequeña Rodha. La homosexualidad de la pareja no es tema. Es ese tipo de series 2.0 donde la salida del armario y la aceptación no son en absoluto temas trascendentales. Son, así como el resto de las parejas, una pareja de dos mujeres.

VER: Así cambió nuestra vida sexual cuando nos convertimos en mamás

Tienen conflictos, claro, la llegada de Rodha trastoca la vida sexual de la pareja y además despierta depresión en Giselle (aunque todo contado desde la comedia).

En la serie vemos cosas que con las que podrás sentirte identificadas: problemas de pareja con tu chica, discusiones, reavivar la pasión, el desamor, el conocer otras chicas, el empezar a tener citas, el enamorarse, el hacerse amiga de la ex, etcétera.

Lo único que no me ha parecido creíble es que las lesbianas no tienen otras amigas lesbianas, están rodeadas de heterosexuales. Y a ver, creo que en general las mamás lesbianas buscamos que nuestros peques tengan otras referencias de diversidad familiar.

VER: Historias de madres lesbianas: queríamos un bebé y nos embarazamos de trillizos

Giselle es una de las protagonistas y sus novias y amantes son personajes secundarios aunque se mantienen presente en todas las temporadas.

Te la recomiendo, no te vas a arrepentir.

Historias de madres lesbianas: ¡nos quedamos impactadas cuando nos embarazamos de trillizos!

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Madres lesbianas de trillizos
Madres lesbianas de trillizos

Megan Rolland y Stephanie Owens son una pareja de lesbianas con una historia de maternidad muy singular. ¡Tuvieron tres bebés a la vez!

Megan es una gran atleta, becada por la Womens Sports Foundation y parte del Salón de la Fama de la Universidad Estatal de Humboldt. Pero si duda su prueba más difícil ha sido criar a tres bebés.

Stephanie gestó a los trillizos, al ser también muy deportista su cuerpo estaba preparada para albergar a sus tres hijos y llevar a cabo el embarazo de manera saludable.

En junio de 2018, Megan y Steph se casaron.

 

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No one I would rather spend the rest of my life with. 🏳️‍🌈💍🥂🏳️‍🌈 #married #onelove #wifey #wenttothecourthouseandgothitched @kiwimanzanita

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El 3 de octubre de ese mismo año llegaron al mundo a las 35 semanas los pequeños Henry, Calvin y Evelyn. «Steph y yo esperábamos formar una familia. Nos quedamos impactados, nerviosos y asustados cuando descubrimos que teníamos trillizos. Nuestra familia está completa de una manera que nunca soñamos».

Las que somos mamás sabemos que con los bebés no es fácil dormir toda la noche, ¡imagina con tres! Pero estos pequeños a partir de los dos meses comenzaron a dormir cuatro horas seguidas toda la noche, un gran regalo para sus agotadas mamás.

 

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Our family, a little disheveled, a little blurry and still a whole lotta sleep deprived. ❤️❤️❤️🥰🥰🥰 . . . #triplets #2moms #16monthsold #echotriplets

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Merry Christmas!!🎄🎁

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Libros personalizados para hijos de madres solteras y madres lesbianas

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libro hijo madre soltera y lesbiana

Si ya eres mamá te ha pasado. Que empiezas a ver el mundo con gafas de mamás y te das cuenta que aunque se ha avanzado en diversidad familiar, todavía la gran mayoría de dibujos y muchos libros infantiles hablan de las familias tradicionales: mamá y papá.

Hace poco te contamos sobre 7 libros para hijos de madres lesbianas, cuentos con niños que tienen dos mamás, y que son geniales para que nuestros peques se sientan identificados y vean más familias como las de ellos.

Ahora te contamos sobre uno que nos ha encantado: «Hay una vez». Este libro está especializado en reproducción asistida, en cómo contarle a nuestros hijos, de entre 2 y 6 años, cómo fueron deseados y concebidos.

VER: Ser madre y soltera. 5 tips para sobrevivir

¿Cómo le cuento a mi hijo o hija cómo lo tuve? Hay una vez es una herramienta para responder esta pregunta.

Hay una vez es personalizado, tú escoges tú tipo de familia, dos mamás, una mamá, un papá, dos papás o mamá y papá.

Además escoges el tratamiento de reproducción asistida que te ayudó a convertirte en mamá, ya sea la donación de embriones, donación de óvulos, la FIV, el método ropa, la inseminación artificial, gestación subrogada, etcétera.

También se personaliza la cantidad de niños y el sexo de ellos. Hay personajes conocidos como el Flautista de Hamelin, la Gallina de los huevos de Oro, el Príncipe sapo, el Lobo feroz, entre otros.

VER: Me enamoré de la madre de la amiga de mi hijo

Libro Hay una Vez
Libro Hay una Vez

Cuesta 29,99€ y puedes comprarlo aquí.

Lesbianas y divorcio: «Éramos la familia perfecta y todo se derrumbó»

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Lesbianas y divorcio
Lesbianas y divorcio

Ya sé que tenemos que quitarnos de encima el lastre del amor romántico y la película de Disney, pero cuando conocí a A. hace ocho años sentí que era la mujer de mi vida solo después de hablar una hora con ella.

A. era abogada, exitosa, guapa, culta, encantadora, por lo que me sentía tan afortunada de llamar su atención. La historia es muy bonita. Nos conocimos por internet, y todo fue recíproco, bonito, fácil. ¿No habéis escuchado eso de que cuando todo se da es porque tiene que ser? Y así lo creíamos las dos.

Al segundo año de conocernos nos casamos. ¡Y fue un bodorrio! La gente solía decirnos que éramos la pareja de ensueño, y ya cuando nos convertimos en madres, no os podéis imaginar. Yo también lo creía, que teníamos la familia perfecta, como en las películas.

VER: Yo, una mujer heterosexual, me enamoré de una madre lesbiana soltera

Yo me pedí una excedencia para cuidar a nuestro hijo el primer año. Queríamos un segundo hijo. Al primero lo gestó A., al segundo lo iba a gestar yo. Hice tres intentos, en el último me embaracé, pero sufrí un aborto espontáneo.

Estas experiencias me desgastaron emocionalmente, y de alguna manera A. y yo empezamos a alejaros. No al comienzo, claro, hubo mucho apoyo, muchos mimos, pero con el tiempo algo se fue rompiendo.

La vida sexual fue lo primero que empezó a fallar. Si antes no nos podíamos sacar las manos de encima, la rutina, la maternidad, el cansancio, nos fueron alejando. Llegamos al punto donde teníamos que proponernos follar. En plan: «llevamos dos meses, este sábado deberíamos tener una cita y tiempo de calidad».

Cuando ya debes planear el sexo es que quizás falla algo, ¿no?

VER: Una pareja de lesbianas adopta a 3 hermanos para que no los separen

La segunda etapa fueron las peleas por tonterías, las discusiones tontas, esa sensación de que yo sacaba de quicio a A. y ella me sacaba a mi.

Hasta que el año pasado vino el mazazo. A. se presentó en mi trabajo y me dijo que teníamos que hablar, nos fuimos a comer. Estaba hecha un manojo de nervios, me dijo que lo sentía mucho, que me quería profundamente pero que había empezado a sentir algo por otra chica. Que no había sido buscado, que simplemente ocurrió, que quizás era la prueba más evidente de que lo nuestro ya no funcionaba.

VER: Me enamoré de la madre de la amiga de mi hijo

Yo me puse en modus patético, en plan no me dejes, lágrimas, piensa en nuestra familia, vayamos a terapia, etcétera. Y no fue solo en ese momento, me duró un par de meses.

A. es bastante racional así que además no me hizo mucho caso. El cuadro era bastante desolador, ella enamorándose de otra mujer que también estaba enamorada de ella, y yo haciendo lo imposible por recuperarla.

VER: Se conocieron en internet y cuatro años después se convirtieron en las madres lesbianas más famosas

Fueron dos amigas las que me dijeron: basta, te estás humillando. Gracias a ellas pude al menos dejar de hacer el ridículo.

No os voy a mentir, un proceso de divorcio cuando hay hijos y cuando aún sientes cosas por tu ex es muy muy duro. Ha pasado un año y aún hay cosas que me cuestan. Nuestro hijo pasa una semana conmigo y otra con ella. Al principio su ausencia se me hacía cuesta arriba, se me caían las paredes encima.

VER: Cómo superar una ruptur en 6 pasos

Ahora estoy mejor, aunque aún hay momentos en los que me duele verlo partir, o verlo llegar y contarme animadamente lo bien que lo pasó con mami y la novia de mami. Se me rompe el corazón.

Sé que el tiempo lo cura todo Pero una cosa es la teoría y otra la práctica. Ahora salgo, me divierto, pero aún no me apetece tener citas, no estoy preparada, aún me siguen doliendo las fechas especiales y aún pienso que tenía la familia perfecta y que todo se derrumbó si que yo pudiera evitarlo.

Joy Huerta, Diana Atri y su hija protagonizan la portada de Quién

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familia Joy huerta y diana atri
Familia Joy Huerta, Diana Atri y Noah

La familia de dos madres más famosa de México está compuesta por la cantante del grupo Jesse & Joy, Joy Huerta, su esposa Diana Atri, y la pequeña Noah, que ha cumplido recientemente su primer año de vida.

VER: Joy Huerta cuenta en las redes que está enamorada de una mujer y que esperan una hija

Esta famosa familia lesbomarental acaba de hacer historia al convertirse en la primera en protagonizar la portada de la revista Quién (una especie de «Hola»).

Joy ha publicado en las redes este gran momento con una gran reflexión:

«Es fácil soñar e imaginar un mundo inclusivo donde abunda el respeto, la tolerancia, la empatía y la compasión. Tan fácil como es construirlo. Si, así de fácil cómo soñarlo. Porque esa construcción está en manos de todas y cada una de las personas que habitamos este planeta, y para alcanzarlo no se requieren esfuerzos inhumanos ni inalcanzables, tan sólo respeto.

VER: El día que mi madre nos dijo que era lesbiana nos dio una lección de vida

Para nosotras esta portada representa tantísimo; porque no nos vemos a nosotras mismas, vemos a las miles de familias que sufrieron y sufren discriminación. Vemos a las personas que perdieron su vida por ser personas con diversidad sexual. Vemos a todxs aquellxs que pavimentaron el camino a lo largo de la historia para la comunidad LGBTI+. Y vemos también cómo la diversidad encuentra su camino a la normalización.
Gracias revista @quiencom por permitirnos ser parte de su historia, ser parte de la historia de nuestro país y a ustedes convertirse en parte de la nuestra. (@dianaatrim #NoahAtriHuerta

 

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Es fácil soñar e imaginar un mundo inclusivo donde abunda el respeto, la tolerancia, la empatía y la compasión. Tan fácil como es construirlo. Si, así de fácil cómo soñarlo. Porque esa construcción está en manos de todas y cada una de las personas que habitamos este planeta, y para alcanzarlo no se requieren esfuerzos inhumanos ni inalcanzables, tan sólo respeto. Para nosotras esta portada representa tantísimo; porque no nos vemos a nosotras mismas, vemos a las miles de familias que sufrieron y sufren discriminación. Vemos a las personas que perdieron su vida por ser personas con diversidad sexual. Vemos a todxs aquellxs que pavimentaron el camino a lo largo de la historia para la comunidad LGBTI+. Y vemos también cómo la diversidad encuentra su camino a la normalización. Gracias revista @quiencom por permitirnos ser parte de su historia, ser parte de la historia de nuestro país y a ustedes convertirse en parte de la nuestra. (@dianaatrim #NoahAtriHuerta )

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Sin duda es un gran paso para la visibilidad de nuestras familias, para generar referentes, para dar pasos hacia la igualdad y el amor.

¿Conoces a Evelyn, la madre lesbiana de Jodie Foster?

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madre lesbiana de Jodie Foster
Jodie Foster y su madre, ambas lesbianas

Jodie Foster es una de nuestras actrices preferidas y un gran referente lésbico en el mundo.

VER: Yo, una mujer heterosexual, me enamoré de una madre lesbiana soltera

Ella es una candidata absoluta a uno de los artículos de nuestra web, puesto que Jodie Foster es una madre lesbiana. La actriz, de 57 años, tiene dos hijos: Charles y Kit, los tuvo con su ex novia la productora Cydney Bernard.

Desde 2014 Jodie está casada con la actriz de The L Word, Alexandra Hendison.

Pero no es Jodie de quien queremos hablar, no. Es de su madre. En un artículo de la revista MíraLES sobre las madres lesbianas de las actrices famosas de Hollywood nos enteramos de que su madre es también lesbiana, y un personaje entrañable, la gran Evelyn Ella Almond.

Evelyn falleció el año pasado, cuando tenía 90 años. Se casó joven con el padre de Jodie, pero la relación no iba muy bien. Lucius Fisher Foster no era un buen padre, abandonó a los niños varias veces, y Evelyn, que estaba enamorada de una mujer, le pidió el divorcio.

El padre de Jodie murió en 2016 en la más absoluta pobreza y con Alzheimer.

VER: Roy Galán: soy hijo de dos mujeres que se amaban y deseaban

Evelyn ejerció como madre soltera hasta que se enamoró de quien Jodie considera otra mamá, la conocida como tía Jo. Juntas criaron a Jodie y sus hermanos. En uno de los discursos que la actriz dio tras recibir un premio, agradeció a su madre haber sido un gran ejemplo de autoaceptación. Y es que imaginamos que declararse lesbiana en los 60 no debe haber sido nada fácil.

Evelyn fue la manager de Jodie desde los 7 años, le escogía los papeles. Su gran momento fue justo cuando escogió el que le hizo ganar un Oscar: El silencio de los corderos.

Un día os contamos que según un estudio los hijos de lesbianas son quienes más libres se sienten con respecto a su sexualidad, y quienes menos se sienten identificados como heterosexuales. Sin duda se aplica a nuestra querida Jodie.

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